Vagabond, la pequeña historia de un gran guerrero

Por Cristian Casares

En esta ocasión quiero hablar de una pintoresca historia sobre la vida de, nada más y nada menos, Miyamoto Musashi. Este manga, basado en la novela de Eiji Yoshikawa, tuvo, y todavía sigue teniendo, gran apego por parte de los fans, ya que en el mismo se intercambian valores básicos del samurái (Bushido), situaciones de acción, hermosos paisajes y coloridos personajes. Todo esto nos llega de la mano del gran mangaka Takehiko Inoue, que con notable destreza nos pone en contacto con la situación social y jerárquica del Japón de esa época.

Primero que nada, empecemos conociendo un poco a “los” autores de esta gran obra.

Eiji Yoshikawa
Eiji Yoshikawa (吉川 英治, Yoshikawa Eiji, 11 de agosto de 1892 – 7 de septiembre de 1962) fue un novelista histórico japonés, probablemente uno de los mejores y más famosos autores del género. De entre sus más conocidas novelas, muchas son revisiones de obras anteriores. Creó una gran cantidad de obras y suscitó un renovado interés en la historia pasada. Fue premiado con el Cultural Order of Merit en 1960, el Order of the Sacred Treasure y el Mainichi Art Award, justo antes de fallecer de cáncer en 1962.

Takehiko Inoue
Takehiko Inoue (井上 雄彦, Inoue Takehiko) es un importante mangaka nacido en Kyushu, el 12 de enero de 1967. Su obra se caracteriza por la gran claridad y realismo de su dibujo, que refleja de modo fiel las proporciones del cuerpo. Su primer éxito como autor fue la conquista del prestigioso Tezuka Show, gracias a su obra Kaede Purple, centrada en el baloncesto. Su primer gran éxito llegó con la publicación de Slam Dunk, a partir de 1990. Actualmente alterna trabajos en Vagabond y en Real.

Antes y después, un conjunto
La obra inicial fue en parte verídica (histórica) pero, además, fue conformada en parte por leves detalles de la imaginación de Yoshikawa, a lo que debe sumarse la leyenda que este personaje había acarreado en esa época, cuando la información corría de boca en boca, tanto como mínimos cambios a cargo de Inoue para el manga. Aunque lo más importante que dio Inoue sensei a la obra fue el grafismo y la contundencia de sus líneas, lo que lo convirtió en un manga hecho y derecho.

La versatilidad y personalidad en las técnicas de Inoue sensei.

En el mismo podemos apreciar ilustraciones a color en acuarelas (técnica poco usual para este tipo de trabajos) a modo de postales, donde pueden apreciarse los personajes un poco más simples y, quizás, abstractos a su vez.

Si nos metemos totalmente en sus hojas, podemos observar la evolución que tuvo Inoue sensei desde trabajos anteriores como Slam Dunk, en los que por momentos podíamos hallar un escape cómico y relajarnos de tanto básquet, aunque se notaba también cierta falta de maduración en algunos aspectos de los personajes.¹

Esto mismo queda totalmente demostrado en Vagabond, conjunto en que se aprecia su dibujo más serio y realista, sin apartarse del género. Sin embargo, esto último funciona perfectamente si se tiene en cuenta el tipo de público al que está dirigido: “Seinen” (manga destinado a jóvenes-adultos y/o adultos).

Mural publicitario realizado para una exhibición de Takehiko Inoue.

La trama del guerrero
Básicamente, veremos la vida del legendario espadachín Miyamoto Musashi (1584-1645), quien fue una de las figuras históricas más importantes de Japón en el desarrollo de técnicas con la espada (fundó, por ejemplo, el estilo Niten Ichi, el cual utiliza simultáneamente una espada larga en una mano y una corta en la otra).

Al comienzo de la historia de Vagabond conocemos al protagonista, Takezo, un joven violento que sobrevive a una de las batallas más crueles de la historia bélica de la época: Sekigahara.

A lo largo del relato, apreciamos cómo Takezo cambia su forma de ver las cosas, hecho que lo conduce a enfrentarse a los más grandes expertos de artes marciales de Japón, con lo cual, sin duda, construye la leyenda de Miyamoto Musashi.

Ver la cuestión únicamente así sería caer en la simpleza: la historia es todo esto y más, pero lo importante, en verdad, serán los detalles.

En toda la trama de este gran manga observaremos pintorescos personajes que endulzan el relato con sus pequeños diálogos alrededor de Musashi. Este guerrero sucio, desarreglado y con oscuro semblante, deambulará por todo Japón en búsqueda de la verdad sobre la espada: cómo ser el mejor espadachín, el más rápido, el más hábil y el más fuerte entre todos los guerreros. Con esta idea en mente, Musashi librará miles de duelos en los que podremos ver, gráficamente, bastante sangre (débiles de estomago, abstenerse), distintos tipos de costumbres y conocer los deseos más simples de la gente de esa época.

Musashi, en casi todo el manga, tendrá numerosos contrincantes; no obstante, ninguno podrá compararse al conocido Sasaki Kojirō, enemigo sordo que enfrasca una habilidad innata para manejar el sable. Él será el mismo que le hará aplacarse tanto en su carne como en su espíritu, dejándole preguntas existenciales que quizás podrá responder con Takuan Sōhō, otro personaje muy importante para la trama.

Monje budista Zen, conocido por su brutal honestidad y personalidad meticulosamente perceptiva, sus diálogos y pequeños acercamientos a Musashi son claves para que evolucione su personalidad y, por lo tanto, su espíritu. También en la periferia hallaremos personajes secundarios históricos, como es el caso de Itō Ittōsai: fundador del estilo de esgrima Ittō-ryū kenjutsu, una de las mayores escuelas de lucha con sable; o también, Ukita Hideie, daimyō de Bizen y Mimasaka (uno de los líderes generales que luchó por el clan Toyotomi en la Batalla de Sekigahara); etc.

Pequeños detalles, grandes mundos
Lo que más nos puede atraer de esta gran obra es la pintura de todas las costumbres de la época, la representación del trato dentro de las jerarquías o, quizás, el modo en que los hombres llevan el bushido en cada acción de su vida. Todo esto se resume simplemente, pienso, en pequeños diálogos que encierran grandes pensamientos. Para expresar más claramente mi idea sobre Vagabond, voy a copiar un diálogo que me dejó reflexionando y que, posiblemente, si entienden cómo se mueve el entorno de este manga, también los conduzca a experimentar como lectores la misma sensación que yo.

Los invito a disfrutar:
Musashi se encuentra en Kofuzuki buscando el templo Hozoin, para encontrar al maestro del lugar y aprender de él o, tal vez, retarlo a duelo. Ve, en la cercanía, una granja y un anciano trabajando la tierra; va a preguntarle por la locación del templo, pero antes se le adelanta un niño llamado Jotaro, el cual viene siguiéndolo e insistiendo en que es su maestro.

Jotaro: ¡Hey! ¿Sabe dónde queda Hozoin?
Anciano:
Jotaro: Debe estar sordo. ¡Heeey!
Mushashi se alerta como un felino al comprender que Jotaro está en peligro. Claramente, puede visualizar el ataque del anciano y cómo él mismo será lastimado en el hombro izquierdo, calculando la distancia en la que se encuentran uno del otro.
Musashi: ¡Espera! ¡Jotaro!
Jotaro: ¿Eh?
El anciano sigue sin interrumpir su trabajo, y Mushashi se tranquiliza. Jotaro no entiende la reacción de Musashi.
Jotaro: ¡Hey! -insiste en llamar al anciano-. ¿Qué pasa, maestro? -retorna la mirada a Musashi-.
Jotaro se acerca al anciano e intercambian palabras, Musashi mira la charla con desconfianza.
Mientras tanto, este se pregunta “¿Qué paso? Sentía una sed de sangre y muerte muy grandes… ¿Fue mi imaginación? Pensé que iba a atacar”…
Anciano: Joven… Tiene mucha sed de sangre -mirándolo a Musashi de frente con cara seria-. ¿Sientes la necesidad de acabar con un viejo decrépito, verdad?
Musashi: ¿Eh?
Anciano: Joven… Usted guarda mucha agresión, pensé que iba a matarme.
Musashi: Debe disculparme pero, lo entendió mal… Sentí que usted me iba a pegar con ese azadón. ¿O sólo imaginaba cosas?
Anciano: Bah, aún estás húmedo detrás de las orejas…
Mushashi se desconcierta por el comentario.
Anciano: ¿Cuál es tu nombre?
Musashi: M-mi… Miyamoto Musashi.
Anciano: Musashi… No tienes tolerancia.
Musashi: ¿Qué quieres decir?
Anciano: Es esa tonta sed de sangre tuya.
Jotaro: ¿Qué? ¡Será mejor que no insulte a mi maestro!
El anciano dirige una mirada fulminante a Jotaro, el cual se asusta. Próximo a eso, el anciano grita fuertemente para el desconcierto de ambos.
Anciano: Así es como actuaste conmigo. ¿Entiendes? Esa sed de sangre tuya… Torpe y sin tolerancia. ¿Creíste que te iba a atacar con mi azadón? Mmm… Esa es tu sed de sangre. Yo, así como otros, soy un reflejo de tu propia sed de sangre.
Musashi lo escucha atento, como podría observar un alumno a su maestro.
Anciano: ¿Entiendes?
Jotaro no entiende en absoluto las palabras del anciano, pero Mushashi se siente en parte tocado.
Anciano: ¿A cuántos has matado? Debes haber enfrentado muchos enemigos en toda tu vida… Pero debes entender… No son enemigos… Hasta que los fuerzas a convertirse en enemigos… Tu propia sed de sangre vuelve a todos en tu contra. ¿A cuántos más vas a matar? -El anciano lo sigue mirando de forma dura, casi como si lo estuviera retando, para cambiar la cara y arremeter-. Eso no es fuerza verdadera. Sólo estás siendo tonto y sin tolerancia.

Este rico diálogo entre el maestro del templo Hozoin, que humildemente se presenta como un campesino, y Musashi, es uno de los tantos pasajes que podemos encontrar como una muestra de grandes enseñanzas, y entenderemos así de qué modo un espíritu salvaje y violento como el de Miyamoto Musashi se convertirá en el creador de “El libro de los cinco anillos” y refinará su estrategia en el arte de la esgrima.

Conclusión
Realmente es muy vasto todo lo que podemos sacar de la vida de Miyamoto Musashi. Nosotros, los occidentales, fácilmente podemos sorprendernos con simples diálogos como el anterior; sin embargo, siguen siendo fragmentos, detalles de una vida, de un camino que el protagonista emprendió para encontrar verdades. Quizás necesitaremos más tiempo para comprenderlas, ya que no vivimos épocas tan adversas como la del Japón feudal pero, en definitiva, las encontraremos dibujadas, de otra manera, en lo cotidiano. En Vagabond, la vida de Musashi simboliza el Do (camino marcial, vía), su búsqueda. El final de ese camino pierde importancia, y pasa a cobrar significado sólo la vía que se trazó para llegar hasta él.

¹ Para más información sobre Slam Dunk puede visitar:
http://es.wikipedia.org/wiki/Slam_Dunk

Bibliografia
http://es.wikipedia.org/wiki/Vagabond_%28manga%29

http://es.wikipedia.org/wiki/Eiji_Yoshikawa

3 comentarios en “Vagabond, la pequeña historia de un gran guerrero

  1. Enrique

    Saotome Shihan citaba regularmente a Miyamoto Musashi tanto por los textos de su libro Gorin nô shô, como por su forma de combatir, Saotome Sensei es fundador del método de Aikiken nitô en el que se usan los dos sables simultáneamente (sea dos sables cortos, un sable largo y otro corto -daishô-)

  2. alberto diaz

    Estimados amigos: ya en otra parte de este vasto pequeño universo he tenido la oportunidad de leer pensamientos que van en la misma dirección; quisiera aportar desde mi profesión y su ejercicio alguna idea más. Se dice que los estados evolutivos psiquicos de cada persona son unicos, pero tambien sujetos a generalizaciones. En efecto, un niño valorará más un caramelo que un millardo de dolares y un adolescente reparará más en sus elecciones en contraposición con otro a quien le suponga quiera «imponerle» un deber ser. Cuando es el momento propicio para hallar que el combate es contra las propias limitaciones? Según mi experiencia como psicoanalísta, vislumbrar el propio camino no es sin la caída estrepitosa de la creencia en el ego y todos su oropeles falsos. Sin embargo, ello no es una operación que devenga por voluntad propia: la mayoría de las veces acontece porque la «vida» se encarga de dar un gran golpe. La muerte, el desamor, el fracaso de los ideales, suelen ser los envases en donde lo verdadero se asoma. Se halla en cada quien la posibilidad de abrirse a ello y correr el velo de lo aparente. A esto se le llama experiencia de vida tambien. Pero por si sola, nada vale. Hace falta la relfexion sobre la vida y lo efímero. En fin! Amigos es un gusto poder leerlos!!! Gracias Al Diaz

  3. alberto diaz

    Una propuesta: hablando de la etiqueta, a menudo en la práctica del Aikido nos hallamos con palabras y frases que repetimos por homofonías. Sería de gran utilidad para este ignorante servidor que hubiere un espacio que diera por escrito algunas presiciones. Un saludo cordial Al Diaz

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